martes, 9 de febrero de 2010

Capitulo 1

CAPITULO 1

Era increíble. No podía encontrarse con otra gente que no fuera una tribu enemiga. Ella sabía cuando se habían cruzado sus ojos que ellos también habían notado el desprecio.
Recordó al que le había mirado y sonreído con superioridad.
Era moreno y alto, no vestía con la estética habitual. Algo que le sorprendió y no sabía muy bien porque, pero también le molesto.
Al terminar la comida se despidió de sus nuevos amigos.
- A la salida nos vemos ¿Sabes cuál es tu próxima clase?
- Si. Ciencias.
- ¡Ah! Pues Gail te acompaña, el también tiene Ciencias ahora.
Asentí, estaba claro que Mar me iba a poner un guardaespaldas cada vez que tuviera que ir a algún sitio.
- Don Agustín. Ella es Allegra. Es nueva.
- Muy bien Gail ve a sentarte. Allegra allí tienes una mesa libre.
Mis ojos no fueron a la mesa que me señalo, sino a la mesa de atrás. El estaba allí. El chico que había visto en el comedor, me miraba con frió desprecio.
Avance hasta sentarme en el lugar donde me habían indicado.
Estaba nerviosa, sentía su mirada en mi espalda, no sabía porque pero estaba realmente en tensión, como jamás había estado.
No era la primera vez que me tenía que enfrentar a los Skinhead. Cuando vivía en Florida muchísimas veces me había enfrentado a ellos.
Pero no sé porque esta vez sentía que era diferente. Estaba sola en un lugar que no conocía.
- ¿Eres un poco mal educada no?
Me puse más tensa al escuchar su voz, era una voz suave. Muy calmada. Eso también me molestaba. ¿Por qué estaba tan calmado mientras yo tenía todo el vello erizado?
Pero bajo esa calma de su voz también había adivinado un claro tono burlón.
- Pues sí, eres muy mal educada – Insistió.
Me gire a mirarle y desee no haberlo hecho cuando tropecé con los ojos más negros que había visto en mi vida.
Estaba recostado de manera desenfadada en su silla, con una sonrisa irónica en sus labios.
- ¿Te pasa algo conmigo?
Pese a que intente sonar fría, incluso yo note el leve temblor de mi voz. Maldije por lo bajo.
- ¿A mí? Eres tú la que me mira como si quisiera trocearme.
En ese momento se inclino hacia mí entornando sus ojos.
- Aunque pensándolo bien, si quieres trocearme para después comerme igual me dejo.
Volvió a reclinarse en su silla mirándome serio, pero yo notaba la burla de sus ojos.
- Que gracioso.
Intente ignorarle el resto de la clase, aunque no me resultaba nada fácil. Me sentía furiosa, sabía que se burlaba de mí y no me gustaba nada.
Era la primera vez que me sentía incapaz de controlar un ataque verbal de esa gente.
Por fin termino la clase, así que recogí mis cosas y salí de la clase lo más rápido que pude.
Según iba por el pasillo notaba los pasos de alguien tras de mí. Lo peor de todo es que no necesitaba mirar quien era, porque no tenía ninguna duda de que era él.
Cuando ya no pude acelerar más, me decidí a plantarle cara. Pare en seco y le mire.
- ¿Me sigues por algún motivo?
- Tienes el ego muy alto ¿no? ¿Por qué crees que te sigo?
Sabía que se estaba burlando otra vez de mí, así que me dispuse a seguir mi camino.
- Tienes razón, te seguía.
- ¿por qué?
- Solo quiero hablar un minuto contigo.
- Pues yo no.
- Mala suerte para ti, porque vamos a hablar igual.
En ese momento me agarro del brazo obligándome a entrar en un cuarto y cerrando la puerta detrás del.
Mis ojos observaron el lugar y reconocí una especie de cuarto de la limpieza.
Estaba nerviosa pero no me iba a rendir sin plantar cara. Muchas veces me había enfrentado a esa banda y aunque sabía que peleaban fuerte, tenía algunas nociones de autodefensa.
Me prepare dispuesta a enfrentarme a él. El me miraba con sorpresa.
- ¿Pretendes pelear conmigo?
Pues sí, la verdad es que se le veía muy sorprendido, como si eso jamás hubiera pasado por su mente.
- Si – le respondí con toda la seguridad de la que era capaz.
- ¿No es algo estúpido que alguien de tu tamaño pretenda pelear con alguien del mío?
La verdad es que mirándole podía parecerlo. Era increíblemente alto y fuerte. No se parecía en nada a los chicos del instituto. Se le veía un cuerpo mucho mas formado.
- No es la primera vez que me enfrento a vosotros, así que si esperas que me rinda sin presentar batalla estás listo.
Fue en ese momento cuando note que el comprendía lo que ocurría. En lugar de prepararse para pelear, solo se apoyo contra la puerta mirándome.
- Bueno, parece que hemos encontrado el problema.
- Tú eres el problema.
- ¿Yo? Si ni tan siquiera nos hemos presentado formalmente.
- No lo necesito, eres un SkinHead.
- Lo dices como si fuera un insulto.
- Lo es.
- Vamos a ver chica, no tengo idea de quién eres, ni a qué grupo perteneces. Lo que si te aseguro, es que yo no peleo con mujeres.
En ese momento se acerco a mí de manera peligrosa, tenía un brillo extraño en su mirada.
- Bueno, más bien, solo peleo con mujeres en la cama y no te veo muy dispuesta a ello.
No sé qué diablos me ocurrió en ese momento, me sentía explotar de la ira y una poderosa fuerza se apodero de mí.
Todo pasó en décimas de segundo. Fui rápida, pero él lo fue más. Agarro mi mano sin dificultad antes de que esta le golpeara el rostro. La paro a milímetros de su cara.
- No vuelvas a intentarlo – Me dijo en voz muy baja, mientras sostenía mi mano.
- Suéltame – Dije mientras tiraba con fuerza de mi mano para liberarla, el me soltó de pronto y me golpee contra una esquina.
Me quede mirándole con odio mientras me agarraba mi dolorido hombro.
No sé porque pero por primera vez salí huyendo de allí, solo pensaba en quitarme del alcance de sus ojos.
Al salir tropecé con Mar.
- ¿Qué te pasa?
- Nada
- ¿Qué hacías en el cuarto de limpieza? – Me pregunto extrañada.
En ese momento y antes de que pudiera responder, la puerta volvió a abrirse saliendo mi enemigo de ella.
El nos miro con desprecio, mientras Mar abría los ojos como platos, cuando el ya no podía escucharla me arrinconó.
- ¿Qué hacías con Jairo en el cuarto de limpieza?
- Bueno, nada.
- ¿Nada?
- Ya sabes, no nos caemos bien.
- A Jairo nadie le cae bien. Pero eso no explica que hacías con el allí encerrada. A no ser que te encierres en cuartos vacíos con todo el que te cae mal.
- No es nada. Solo que lo que habías dicho es verdad. No es muy inteligente enfrentarme a ellos.
- Te lo dije ¿Te ha amenazado? Si es así, no te preocupes que cuentas con nosotros.
- No, creo que no me ha amenazado.
- Ten cuidado Allegra, Jairo es el más peligroso de todo su grupo. No te imaginas las historias que cuentan de él. Es muy peligroso.
- Tranquila, no tengo intención de volver a enfrentarme a él.
En ese momento se acercaron el resto del grupo y Mar dejo el tema, algo que agradecí ya que no quería hablar más de lo sucedido. Me había hecho huir y eso no me hacía sentir muy orgullosa de mi misma.
- Vamos a ir a tomar algo ¿Te vienes Allegra?
- No, hoy no. Me apetece irme directa a casa.
Todos me insistieron pero Mar les corto en seco.
- Dejarle tranquila, la pobrecilla ha tenido un encuentro muy desagradable con Jairo.
Todos se quedaron mirándome esperando una explicación, pero solo les sonreí y me fui. Total, seguro que Mar les contaba con pelos y señales lo que había visto.
Sabía que al día siguiente iba a tener que dar muchas explicaciones de lo ocurrido.

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